"Un camino de ronda bordea las murallas de una plaza en combate. Hay
noche, vueltas, asedio, vigilancia: así es la poesía de Edda Piaggio, un camino
de ronda que revisa el lenguaje con el propósito de quebrarlo. Alguna vez Blanchard
habló de poetas del aire donde lo metafísico es respiración, poetas del agua
y del placer, poetas de la tierra y de lo cotidiano, y también nombró a los
poetas del fuego. Yo diría que los últimos son poetas de ese resplandor que
es energía y muerte, extremo sufrimiento y luz surgida de ese mismo sufrimiento
donde el infierno está presente, pero también la alquimia, y de la alquimia
surge el caos y del caos la alquimia. No es posible dudar en qué lugar vive
esta poesía, tan nítida es. Si bien hay hadas y ángeles, se vive bajo el
tibio firmamento del crimen, en el agua maloliente, o en esas extrañas úlceras bailantes que se sienten caballos. La verdadera poesía lejos
de ordenar el caos, lo muestra, aunque parezca como un simple agujero en un
sistema geométrico. En el tejido lingüístico puede surgir algo que se filtra,
una forma de blasfemia. Gilles Deleuze sabía burlarse con aquello de que la
ley no dice lo que está bien, sino que está bien lo que dice la ley. La poesía
de Edda Piaggio desería, en cambio, triturar esa ley, y debajo de los escombros mirar la cruz, o más probablemente, rondarla en combate."
Liliana Díaz Mindurry
POEMAS DISPONIBLES:
Poema 16
En aquel litoral de montes
una niña y un muelle silbaron poemas,
niña
carroza en el aire
costurero de vida
estampa de frutas
perfume aturdido
que sé yo sus demonios
sus ratos de virtud y estragos entrando en el muelle.
Poema 22
Una cruz
Desde lejos la miro y me mira
me habla
Debajo los escombros
Poema 38
Raro mensaje,
página tranquila.
El alma y el viento la desplazan
Yo deposito las rosas y el mensaje,
renazco junto a ellas
como quien sube un engañoso atajo
una avenida rutilante en remolinos de abrojos
y ortigas.
Mas se acerca un jazmín a la noche
y en el alba se anuncia el poema.